A veces, cuando queremos iniciar algo nuevo, nuestra vida pide que nos reorganicemos para hacer espacio y que lo nuevo pueda llegar. En ese proceso muchas cosas empiezan a moverse y entendemos lo importante de saber soltar lo que ya no nos aporta nada para reconstruir nuestra vida con nuevos objetivos y metas.

Y es que, si hay un mes que viene a sembrar la semilla de algo nuevo, y al mismo tiempo a marcar grandes finales, ese es marzo, un mes potente porque contiene a los 2 eclipses de la temporada, por lo tanto, a lo largo de este mes habrá muchas situaciones que se sienten “predestinadas”, situaciones que tenemos que vivir porque vienen a ayudarnos a conectar con nuestra misión de vida.

Todo comienza con el eclipse total de Luna llena en Virgo (14 MAR), este eclipse es el primero que tenemos en este signo de la serie Virgo-Piscis. Es un eclipse de nodo Sur, por lo tanto, indica el corte radical a una situación que fue muy familiar por mucho tiempo, pero que ya no nos está permitiendo crecer ni avanzar.

En este caso, al darse en el signo del análisis mental, la salud y el orden, representa el inicio de un proceso para entender, a nivel personal y colectivo, que el sobre análisis y la búsqueda de perfección nos está haciendo daño.

Esto ya puede verse reflejado en diversos sectores como, por ejemplo, el abuso de las redes sociales y la constante búsqueda de perfección del cuerpo físico. Prácticas que solamente generan ansiedad y estrés debido a la sobre estimulación mental y a dejar de escuchar lo que el cuerpo realmente necesita.  

Ahora, lo más interesante de este eclipse es que se dará en oposición a Saturno en Piscis, lo que marca el tener que tomar una decisión definitiva respecto a algo que no puede continuar de la misma manera. Se trata de tomar una decisión que represente un bienestar integral en nuestra vida a largo plazo y el entender que, desde una posición adulta y responsable, debemos dejar algo atrás para que nuestra calidad de vida pueda mejorar.

Para muchos, esto puede marcar un cambio de hábitos, atender una situación de salud o entender que el ritmo de trabajo (y de vida) que vienen llevando tiene que cambiar. Sin embargo, entender qué es lo que tiene que terminarse llevará su tiempo, ya que, al día siguiente, Mercurio (regente de Virgo y de este eclipse) empezará a retrogradar hasta el 7 de abril.

Esta retrogradación que comienza en Aries, y termina en Piscis, es para procesar mentalmente los hábitos o prácticas diarias que nos impiden emprender un nuevo proyecto o iniciar una nueva etapa, y nos ayudará a hacernos conscientes del trabajo interno necesario para que ese cambio de mindset pueda darse, y con ello empezar a crear un nuevo estilo de vida.

Ahora, a lo largo del mes tendremos otra retrogradación igual de importante, y se trata de Venus. El 1 de marzo, Venus empieza a retrogradar hasta el 12 de abril, pero lo que es sorprendente es que también va a retrogradar entre Aries y Piscis (igual que Mercurio). Esto enfatiza el hecho de que, antes de poder comenzar algo nuevo, primero debemos dar fin a una situación, cerrar un ciclo para que el nuevo comienzo pueda darse.